Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Juan Enrique Soto es Inspector Jefe de Policía Nacional en Segunda Actividad. Antes de hacerse policía ya era psicólogo y durante su carrera profesional ha intentado unir la Psicología y el trabajo policial, sobre todo, la investigación de delit... Seguir leyendo
info
Juan Enrique Soto es Inspector Jefe de Policía Nacional en Segunda Actividad. Antes de hacerse policía ya era psicólogo y durante su carrera profesional ha intentado unir la Psicología y el trabajo policial, sobre todo, la investigación de delitos graves. Tuvo el privilegio de crear la Sección de Análisis de Conducta y el Método VERA de perfilación psicológica de agresores desconocidos. A lo largo de estas páginas, Juan Enrique nos cuenta su recorrido como analista de conducta criminal. Pero, como dice Manuel de Juan Espinosa en el prólogo, ésta no es una biografía al uso. El lector se encontrará que ese trayecto para cumplir un sueño se ve jalonado con la narrativa de casos en los que, poco a poco, podrá observar cómo van cuajando tanto el analista de la conducta como los procedimientos y técnicas que aplica para resolverlos. La sensación al leer el libro es que uno no está leyendo simplemente una biografía, sino algo más. Como si se oyera una música de fondo, emerge la sensación de que se lee una novela.