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El jueves 20 de marzo de 2014, en el municipio guipuzcoano de Oñate, falleció Juanita Maiztegi a los 94 años. Semanas antes lo había hecho su hermana Icíar. Ambas eran miembros de la familia propietaria de la gran casa hotel Goiko Venta, en Ará... Seguir leyendo
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El jueves 20 de marzo de 2014, en el municipio guipuzcoano de Oñate, falleció Juanita Maiztegi a los 94 años. Semanas antes lo había hecho su hermana Icíar. Ambas eran miembros de la familia propietaria de la gran casa hotel Goiko Venta, en Aránzazu, y ambas fueron muy importantes para nuestra familia. En aquella gris tarde de invierno en que acudimos a su funeral se encuentra el origen de este libro, en imágenes y recuerdos de una infancia libre en el monte y en todo cuanto siguió. El autor de estas líneas no habría creído jamás que sus primeros pasos en las campas de Urbía y la sierra de Aitzkorri iban a conducirlo no solo a los próximos valles del Roncal o de Benasque, a Ordesa y Monte Perdido y, desde ellos, a montañas de toda España, sino también a los Pirineos franceses, a los Alpes, al Tirol, al fascinante mundo tibetano e hinduista de Nepal, Bután y el Himalaya, al Kilimanjaro en Tanzania, al Rwenzori en Uganda, a Nueva Zelanda y Groenlandia, a Marruecos, a la cordillera de Vilcanota (Perú) o a las Montañas Rocosas de Canadá. Tras toda una vida recorriendo el mundo, y en esa tierra vasca donde todo empezó, se decidió a dejar a un lado actas y escrituras notariales y componer sus memorias, como humilde testimonio montañero y como homenaje a sus grandes referentes. Es este un relato personal, sincero y enamorado que acerca paisajes y culturas a través de una experiencia insólita, y que habla de lo humano y de lo eterno tan elocuentemente como las fotografías que su mismo artífice fue tomando con su cámara.