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Saludadores, tempestarios, adivinos, meigas, videntes, cartomantes, espantanublados, campaneros, ariolos, augures, arúspices, curieles, compoñedores, feiticeiras, genetlíacos, fascinadores, loberos, nigromantes, petriquilleros, salisatres, saludadores, sortílegos, resucitadores, alquimistas, zahoríes... ¿Sabías de la existencia de estos oficios? Se trata de empleos atávicos, arcaicos en ocasiones, algunos ya disueltos en la neblina del tiempo y otros se han ido reconvirtiendo y se niegan a desaparecer, especialmente, aquellos que tenían y tienen una aureola de sagrado, de mágico, de poderoso y de creencia supersticiosa. Desde siempre han existido personajes dotados por la tradición popular de poderes para aminorar el sufrimiento de sus semejantes hasta el punto de que, muchas de sus prácticas, se convirtieron en verdaderos oficios gracias a la sabiduría ancestral. El problema llegó cuando muchas de esas profesiones, las más heterodoxas, se vieron perseguidas por su confrontación con la Ciencia y sobre todo, con la Iglesia. Estas páginas pretenden acercarnos a aquellas prácticas que tienen una componente claramente arcana u oculta, mágica, mediante la participación de determinados agentes sociales, provenientes de la tradición, dispuestos y evolucionados especialmente para ese fin. Un libro ampliamente documentado cuya finalidad pasa por dar una visión objetiva de todos aquellos oficios, con sus luces y sus sombras, haciendo un recorrido por la historia y describiendo cómo han evolucionado hasta nuestros días, sabedores de que muchos fueron incomprendidos, perseguidos temidos o venerados. «Ángel Beitia y Raúl Ferrero se proponen -y a fe que lo hacen con acierto- de que no nos olvidemos de este tipo de profesiones de antaño y de hogaño para que sepamos cuales eran realmente sus funciones (a veces rayanas en lo sobrenatural y lo herético), sus leyendas, chascarrillos, normativas». Jesús Callejo, escritor y director de La Escóbula de la brújula.