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El Louvre, 1655. Catherine Beauvais, conocida como Cateau la Tuerta, expone su llamativa fealdad por los pasillos del palacio más hermoso del mundo. Su presencia resulta tan perturbadora como la confianza que en ella deposita Ana de Austria. La rein... Seguir leyendo
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El Louvre, 1655. Catherine Beauvais, conocida como Cateau la Tuerta, expone su llamativa fealdad por los pasillos del palacio más hermoso del mundo. Su presencia resulta tan perturbadora como la confianza que en ella deposita Ana de Austria. La reina es una glotona que se atiborra a diario de salchichas, chuletas y pan hervido, y la Tuerta, gracias al conocimiento único de las plantas y de remedios naturales para el estómago, vela por su bienestar. Pero entre el estuco, las cortinas de terciopelo, los suelos de roble, las lámparas de araña y las decoraciones extravagantes, su proximidad a la reina atraerá todo tipo de vilezas. Mientras los cortesanos se preguntan cómo ha penetrado en el palacio real semejante horror, sus conocimientos y el talento que demuestra al utilizarlos se harán indispensables e incluso se ganará la confianza de quien ostenta el poder supremo: el joven Rey Sol.