Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Un feminismo a la altura de los tiempos sería aquel capaz de comprender y dar cabida a la luchas y reivindicaciones del feminismo tradicional que exige la igualdad y la diferencia de la mujer, a las críticas queer, a la noción de género como disp... Seguir leyendo
info
Un feminismo a la altura de los tiempos sería aquel capaz de comprender y dar cabida a la luchas y reivindicaciones del feminismo tradicional que exige la igualdad y la diferencia de la mujer, a las críticas queer, a la noción de género como dispositivo biopolítico –incluida la noción «mujer»–, a las demandas trans que ponen en tela de juicio el dominio cisgénero, así como a las sospechas del feminismo negro y decolonial que ven en el feminismo blanco un feminismo de élite ganado a expensas de los cuerpos racializados, tanto como al ecofeminismo que entiende que la explotación de la naturaleza va a la par de la explotación de la mujer. Esto que parece imposible, aunar desde un sólo punto de vista posiciones tan poliédricas, el Manifiesto Anarcafeminista de Chiara Boticci lo consigue. Lo imposible se torna posible porque el anarcafeminismo es «sin arché», sin un principio único que explique la opresión, y a la vez es para todas, mujeres trans, mujeres cis, LGTBIQ+, etc., es decir, para todo el «segundo sexo» de hoy que sufre al mismo tiempo la explotación del capital y el dispositivo biopolítico de los Estados empeñados en clasificar nuestros cuerpos para mejor rentabilizarlos.