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LOS NIÑOS ESTÁN MIRANDO
EAN 9788419581426
Encuadernación Rústica
Grueso 20
Páginas 224
Tamaño 14cm X 21.8cm
Producto agotado
Un asfixiante thriller en el que los niños no son la víctima, un inquietante retrato de la maldad en la infancia. Uno de las novelas más singulares del gótico americano.
El resplandeciente sol californiano baña las playas de Mal... Seguir leyendo
Un asfixiante thriller en el que los niños no son la víctima, un inquietante retrato de la maldad en la infancia. Uno de las novelas más singulares del gótico americano.
El resplandeciente sol californiano baña las playas de Malibú durante la última semana del verano. Los cinco hijos del matrimonio Moss, una pareja de actores que está terminando de rodar en Italia su última película, se encuentran solos en casa, enganchados a la pantalla del televisor. Sentados estáticos frente a los tubos catódicos, los cinco hermanos Moss parecen vivir dentro del universo de los sueños que se fabrica en el otro lado de las colinas, en un Hollywood decadente y violento. ¿Quién cuida de ellos? La niñera acaba de ser encontrada muerta, flotando en el mar. Encerrados en su propio horror secreto, siempre con las persianas a medio bajar, los niños insisten en mantenerse ajenos a un mundo adulto de entrometidos que pretenden invadir su hogar aporreando la puerta: la policía, los carteros, los vecinos y un misterioso hombre que los vigila cada noche a través de las cortinas.
Vuelve Laird Koenig (La chica que vive al final del camino) junto a Peter L. Dixon en esta novela de suspense aterrador. Una historia que se adentra en el oscuro mundo de pesadilla de unos niños abandonados a su suerte en la California de la filosofía hippie, las series de acción y la histeria del Satanic Panic.
CRÍTICA
«Puro gótico americano repleto de secretos macabros que aguardan en la engañosa tranquilidad de los suburbios.» —Cine y Literatura
«Un hiperrealista cosmos infantil donde el universo moral de los niños, ampliado bajo la lupa, revela fragilidades, grietas, que apuntalan la dolorosa transición al mundo adulto..» —Xavier R. Ruera, Zenda
La atmósfera creada por Koenig y Dixon a lo largo de la novela es tremendamente escalofriante. Su prosa bebe directamente de la rama gótica.—Marcos Gendre, Mondosonoro