Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
El destino está escrito, pero no en nuestros genes, sino en las mentes y en los corazones, en las ideas y en los caprichos de quienes nos rodean. Nuestro sino está en manos ajenas empeñadas en convertirlo en tradición y hasta en ley. Somos protag... Seguir leyendo
info
El destino está escrito, pero no en nuestros genes, sino en las mentes y en los corazones, en las ideas y en los caprichos de quienes nos rodean. Nuestro sino está en manos ajenas empeñadas en convertirlo en tradición y hasta en ley. Somos protagonistas de un guion que no hemos redactado. El futbolista Antonio Arriero desea fervientemente jugar en el Athletic Club pero no puede. Su hermano gemelo, Aitor, sí juega en el Athletic porque, aunque nació en Extremadura, tras la muerte de sus padres en un atentado, se quedó en Barakaldo con sus tíos, mientras que Antonio se criaría en la región extremeña con sus abuelos. Quizá lo que más sorprenda de esta historia es la paradoja de que dos hermanos gemelos puedan ser considerados individualmente vasco y no vasco, y que esta consideración determine completamente sus vidas.