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La tarde del 12 de julio de 2010 declina ya. Tras una noche de festejos por la consecución del mundial de fútbol, dos horas de guardia en la puerta del cuartel se le han hecho eternas. Mientras espera el relevo, en su mente desfilan ásperos recuer... Seguir leyendo
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La tarde del 12 de julio de 2010 declina ya. Tras una noche de festejos por la consecución del mundial de fútbol, dos horas de guardia en la puerta del cuartel se le han hecho eternas. Mientras espera el relevo, en su mente desfilan ásperos recuerdos de pasadas misiones en Afganistán, pero también bailan alegres en su imaginación proyectos, viajes, escenas en las que crecen y juegan sus hijos aún pequeños. Sueña con el futuro, aferrado a su fusil de asalto, sin saber que, al otro lado de la calle, alguien se acerca dispuesto a matarlo. La vida por un instante narra un instante. Unos pocos minutos en la vida de dos personas. El momento terrible en que se encuentran víctima y verdugo. Y trata de ser, tan solo, un alegato contra la intolerancia, una llamada contra el fanatismo y la crueldad. Nada más. Nada menos.