Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Minina escapa de un centro de menores gracias la ayuda de Sinestesia, una muchacha de pelo azul con un 38 que escupe aceitunas de plomo. Busca a su familia desahuciada y a su padre, un estibador sindicalista y músico aficionado que ahora sopla una t... Seguir leyendo
info
Minina escapa de un centro de menores gracias la ayuda de Sinestesia, una muchacha de pelo azul con un 38 que escupe aceitunas de plomo. Busca a su familia desahuciada y a su padre, un estibador sindicalista y músico aficionado que ahora sopla una tuba de cartón, enajenado por las descargas eléctricas de la tortura. Pero no parece sencillo entre los gases lacrimógenos y las tanquetas hidrantes de los carabineros. El escenario de un estallido en el que las jóvenes cabalgan, como las valkirias de Wagner. Y en esa partitura alucinada el Astronauta, un hombre de andares lunares con un volante en las manos, juega un rol esencial: conduce en su autobús a los fantasmas, quizá las víctimas de la violencia política y la marginación, hacia un destino mejor. Con esos acordes de sueño y realidad, ternura y ferocidad, Rodrigo Díaz Cortez compone la música de un relato demoledor. La verdadera banda sonora de la revuelta chilena de 2019.