Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
«¿Quién lo vio venir?» es una de las preguntas fundamentales de este libro. Una pregunta por el pasado y por el futuro, por la identidad y por ese tiempo de la ingenuidad y la rebeldía que es la adolescencia. ¿Quiénes somos con doce años? ¿Y... Seguir leyendo
info
«¿Quién lo vio venir?» es una de las preguntas fundamentales de este libro. Una pregunta por el pasado y por el futuro, por la identidad y por ese tiempo de la ingenuidad y la rebeldía que es la adolescencia. ¿Quiénes somos con doce años? ¿Y con dieciséis? ¿Quiénes esperamos ser y en qué nos convertimos? Y más complicado aún: ¿cómo escapar a lo que se supone que seremos? Con su habitual descaro, en una obra adictiva, divertida y más sexy que nunca, Mary Karr escribe una carta de amor a la adolescencia. A su adolescencia, pues estamos ante una narración autobiográfica. Nunca más se estirará el tiempo como en aquellos años, nunca más estará el mundo tan nuevo, tan sin estrenar, ni serán nuestros ojos tan puros. También hay dudas y miedos, por supuesto. Hay soledad y desamparo. Pero gracias a pasajes que nos harán estallar de risa y a una conmovedora y honesta empatía, leemos fascinados y llenos de esperanza el nacimiento de la primera amistad verdadera, el encuentro con esa otra persona con la que crecemos y nos descubrimos a nosotros mismos, que nos ayuda a ser todo aquello que no sabíamos que queríamos ser. Y también nos atraviesa el fulgor del deseo, esa nítida luminiscencia que reverbera por primera vez, un conocimiento profundo que sacude nuestro cuerpo hasta transformarlo. Y seremos conscientes, también por primera vez, de lo que significa en este mundo ser mujer y la gran limitación de libertades que nos impone desde niñas. Como era de esperar, la joven Mary no se conforma: cansada de la localidad petrolera de Texas en la que ha pasado su infancia, se unirá a una pandilla de surferos y drogatas que se enfrentará a la autoridad de mil maneras en su camino hacia California. «Sexo, drogas y rock’n’roll», dice una de las pegatinas de su furgoneta. Pocas veces un libro ha honrado tan profundamente este lema.