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Es por la mañana en el Palacio. El mayordomo real llama a la puerta del despacho del rey. ¡Adelante! se oye una voz desde dentro. Majestad, vuestro hijo quiere veros. Pregunta si es buen momento. Para mi hijo siempre es buen momento. Que pase.El re... Seguir leyendo
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Es por la mañana en el Palacio. El mayordomo real llama a la puerta del despacho del rey. ¡Adelante! se oye una voz desde dentro. Majestad, vuestro hijo quiere veros. Pregunta si es buen momento. Para mi hijo siempre es buen momento. Que pase.El rey Jorge Eduardo se levanta, da unos pasos por el enorme despacho real y se sienta en un mullido sofá que está al otro lado de la mesa.Entra su hijo el príncipe Guillermo. Hola, papá, tengo algo importante que decirte.El rey frunce el ceño. Le da un poco de miedo lo que su hijo puede tener que decirle. Le hace un gesto para que se siente frente a él en otra mullida butaca. Espera. El príncipe se sienta y antes de que su padre pueda decir algo, lo dice él: Estoy enamorado.