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Moderna de pueblo ha crecido escuchando frases como «eso no es propio de una señorita», «esa es una guarra» o «el día de tu boda será el más feliz de tu vida». Pero después de mudarse a la ciudad y conocer a Zorricienta, Gordinieves y la S... Seguir leyendo
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Moderna de pueblo ha crecido escuchando frases como «eso no es propio de una señorita», «esa es una guarra» o «el día de tu boda será el más feliz de tu vida». Pero después de mudarse a la ciudad y conocer a Zorricienta, Gordinieves y la Sirenita Pescada, va despertando de todas esas idiotizaciones y empieza un largo camino para desaprender todo lo que nunca deberían haberle enseñado. Siente que todo lo que ha visto en las películas de princesas y todos los consejos que ha recibido de sus padres, abuelas o amigas para convertirse en una «mujer como dios manda» la han intoxicado y se da cuenta de cuánto tiempo ha perdido en gustar a los hombres y en buscar el amor de su vida.Por eso, cuando por fin lo encuentra, tiene miedo de dejarlo todo por él y volver a adormecerse en esas idiotizaciones cual bella durmiente. Si el amor ha sido el opio de las mujeres, ¿tiene que desintoxicarse de esa droga y dejar su relación para convertirse en la mujer de sus sueños?