Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
El hombre que nos habla en este libro trata de ordenar sus recuerdos. Sin embargo, lejos de ser el suyo un acto de complacencia, intenta derribar las inercias de sus ideas, de sus juicios y de sus costumbres. La literatura le sirve de espejo en el qu... Seguir leyendo
info
El hombre que nos habla en este libro trata de ordenar sus recuerdos. Sin embargo, lejos de ser el suyo un acto de complacencia, intenta derribar las inercias de sus ideas, de sus juicios y de sus costumbres. La literatura le sirve de espejo en el que mirarse, y el reflejo que ésta le devuelve es unas veces alentador, y otras, deformante, pero siempre un fértil motor de pensamiento y de transformación. Así pues, el protagonista vagabundea por algunos momentos de su existencia como si fuera un narrador omnisciente –eso sí, sutil y elegantemente distanciado– y, adentrándose en esas «brechas que se abren en el tiempo por las que de vez en cuando nos colamos», vuelve al patio de la infancia, sueña o habla con su difunta madre una noche de sueño agitado o rememora algún detalle de un viejo amor. Si bien ahora todo es más lento y menos acuciante; si bien ahora suele tener todo el día por delante y en ocasiones siente el peso de la futilidad, no deja de celebrar el valor y la compañía que siempre le han brindado los libros en el imposible arte de comprender la vida.