Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Y yo, que he conocido el abrazo embarrado de la guerra, y he yacido sobre su cuerpo de piedra afilada y temblado ante la perturbadora intensidad de su pasión, considero a estos hombres, mis camaradas de armas, niños aún demasiado jóvenes para mir... Seguir leyendo
info
Y yo, que he conocido el abrazo embarrado de la guerra, y he yacido sobre su cuerpo de piedra afilada y temblado ante la perturbadora intensidad de su pasión, considero a estos hombres, mis camaradas de armas, niños aún demasiado jóvenes para mirar a sus ojos de fuego furibundo, demasiado inocentes para que los acojan sus brazos corrosivos, pero entiendo hasta qué punto me equivoco cuando recuerdo que una hora con ella nos hace a todos hombres o cadáveres. Así es, hombres o cadáveres. Sabido es que la repercusión internacional de la guerra civil española fue enorme. Muchos jóvenes de diferentes países, presintiendo que en España se jugaba algo más que el destino de un solo país, acudieron de forma voluntaria a luchar en uno u otro bando. Entre los que lo hicieron en favor del bando republicano destacarían los miembros del Lincoln Batallion, integrante de las Brigadas Internacionales. Muchos de ellos se convertirían con el tiempo en grandes escritores, como Alvah Bessie, Milton Wolff... y, por encima de todos ellos gracias a su calidad lírica, Edwin Rolfe. A pesar de que su producción sobre la contienda supon