Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Se puede morir de amor, de alergia, o de un simple buenos días en una conversación de ascensor. Se puede asesinar por lo mismo o simplemente acelerar el proceso de la muerte, como nos cuenta Elías Moro en este delicioso libro que se confiesa desde... Seguir leyendo
info
Se puede morir de amor, de alergia, o de un simple buenos días en una conversación de ascensor. Se puede asesinar por lo mismo o simplemente acelerar el proceso de la muerte, como nos cuenta Elías Moro en este delicioso libro que se confiesa desde el principio deudor de Max Aub y sus Crímenes ejemplares. Hasta que la muerte nos separe es una muestra de cómo tomar la palabra a quienes dicen morir de amor sin atreverse a cumplir lo prometido, a quienes desean ir al cielo para encontrar una vida mejor hasta que la muerte los encuentra antes, de bailarines sin cuidado, bibliófilos, burócratas, inútiles que no saben hacerse el nudo de la corbata el día de su boda y artistas realistas que hacen del asesinato una obra de arte a pico y pala. Con un sentido del humor inteligente, con una ironía teñida de romanticismo, y con un elegante dominio del ritmo y la brevedad, el autor nos presenta un catálogo de crímenes que se abandona con una sonrisa, cierta complicidad no exenta de remordimientos y una identificación que va más allá de la literatura. Un buen nudo, una rama aparente, un bonito atardecer…Y ver cómo se balancea el finado al extremo de la soga mientras dulcemente cae la noche. No se puede decir con menos. No se puede pedir más. Pilar Galán