Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Ralph es un genio incontinente. En todos los sentidos, menos el verbal, porque Ralph se niega a hablar. Aunque todavía es un bebé, lee los libros más complejos de cualquier materia y escribe, además de su propia historia, alucinantes y alucinator... Seguir leyendo
info
Ralph es un genio incontinente. En todos los sentidos, menos el verbal, porque Ralph se niega a hablar. Aunque todavía es un bebé, lee los libros más complejos de cualquier materia y escribe, además de su propia historia, alucinantes y alucinatorias reflexiones sobre el lenguaje. y todo lo demás. El thriller disparatado que es la narración de sus sucesivos secuestros se entrevera con diálogos, citas, fórmulas, canciones o poemas, a cada cual más desconcertante. Vamos topándonos en el viaje accidentado de Ralph con excéntricos y alocados personajes cuyas intenciones iremos desvelando con el pequeño protagonista. Todo ello forma un jeroglífico hilarante con el que el genio que también es Percival Everett reta a nuestra inteligencia y los límites del humor a través del lenguaje.