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En 1844 el presidente del Gobierno, Luis González Bravo, nombra Secretario de Legación a su amigo Enrique Gil y Carrasco con el encargo de viajar a Berlín en misión diplomática cuyo fin último no era otro que el de restablecer las relaciones en... Seguir leyendo
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En 1844 el presidente del Gobierno, Luis González Bravo, nombra Secretario de Legación a su amigo Enrique Gil y Carrasco con el encargo de viajar a Berlín en misión diplomática cuyo fin último no era otro que el de restablecer las relaciones entre Prusia y España, rotas desde 1836. A principios de abril de 1844 Gil sale de Madrid camino de Valencia y después de Barcelona, donde embarca hacia Marsella el 20 de mayo. Junio y julio los pasa en París, para viajar después durante cerca de dos meses por diversas ciudades de Francia, Bélgica y Alemania, llegando a Berlín el 24 de septiembre del mismo año, 1844. Gil y Carrasco narró su viaje de Marsella a París en el artículo «Viaje a Francia», y en «Rouen» relató su visita turística a dicha ciudad francesa. Desde su salida de París hasta su llegada a Berlín llevó un hermoso Diario de viaje, redactado entre el 24 de agosto y el 23 de septiembre y publicado póstumamente en 1883. En otoño recibió ejemplares de El señor de Bembibre que el propio rey de Prusia leyó y admiró, pero, consecuencia o no del trabajo esforzado que Gil lleva a cabo y del demorado viaje, lo cierto es que en el verano de 1845 se agravó la tuberculosis que padecía y murió en Berlín el 22 de febrero de 1846, antes de cumplir los 31 años de edad. Frente a posibles reticencias respecto al valor literario de los relatos de viaje de Gil y Carrasco, en los últimos años la atención, no sólo hacia las circunstancias que determinaron y condicionaron el viaje diplomático, sino hacia su consideración literaria, aspecto que puede apreciarse en la nueva edición que aquí se presenta, no ha hecho sino aumentar.