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«Mi pueblo fue el primero en caminar por el mundo, compartiendo Muriath con los demonios, mucho antes de la existencia de zarefíes, kalastys y eldos. Y por supuesto, miles de ágaras antes de la aparición de los humanos». Asthaluss y Muriath son... Seguir leyendo
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«Mi pueblo fue el primero en caminar por el mundo, compartiendo Muriath con los demonios, mucho antes de la existencia de zarefíes, kalastys y eldos. Y por supuesto, miles de ágaras antes de la aparición de los humanos». Asthaluss y Muriath son dos mundos gemelos, y la raza humana los habita ambos. Asthaluss es la Tierra que conocemos, pero Muriath se encuentra más allá de cualquier realidad imaginable: es un lugar antaño poblado por dioses y demonios, cuyos habitantes poseen dones extraordinarios, y en el que los humanos conviven con otras razas, entre ellas los dáricos, los primeros seres en haber caminado sobre él. El día de su cumpleaños, Alhanna es transportada de Asthaluss a Muriath, donde aparece ante Kishur, un dárico que querrá a protegerla a toda costa al sentir que los une una inexplicable conexión. Los dáricos no tardarán en descubrir que la joven es poseedora de un poder que ningún humano debería albergar y que despertará el deseo y el recelo de cuantos seres habitan Muriath. La llegada de Alhanna pondrá en marcha un engranaje de sucesos más antiguo que el tiempo. En su viaje en busca de respuestas sobre su poder y su identidad, un ser que lleva dormido desde tiempos inmemoriales planeará como una sombra sobre Alhanna y los dáricos. Sus caminos irán avanzando para converger en un destino legendario, terrible e inevitable, pues aquél que mueve los hilos del mundo así lo ha dispuesto.