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Páginas y páginas se han vertido sobre lo que supone escribir. Murakami, Stephen King, Chesterton, Orwell, Virginia Woolf, Vargas Llosa o García Márquez son solo algunos de los nombres que han reflexionado al respecto. Algunas de esas páginas se... Seguir leyendo
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Páginas y páginas se han vertido sobre lo que supone escribir. Murakami, Stephen King, Chesterton, Orwell, Virginia Woolf, Vargas Llosa o García Márquez son solo algunos de los nombres que han reflexionado al respecto. Algunas de esas páginas se centran más en la técnica; otras, en la experiencia propia. Algunos textos son muy prácticos y otros parecen un poema. Todos ellos son, en mayor o menor medida, inspiradores. Sin embargo, no tan a menudo se ha pensado en las dificultades específicas que entraña el acto de escribir, con el temor reverencial (en ocasiones verdadero terror) a la pantalla o papel en blanco, todo un reto a encarar. En este libro Jaime Miranda se pone en la piel de quienes han de afrontar ese mágico pero a la vez atrevido empeño de cristalizar en palabras lo que anida en su mente. Y con ello se transforma en un consejero inestimable, en un asesor que ilustra de manera práctica y sencilla sobre las dudas que surgirán durante el periplo, facilitando soluciones, alentando, apoyando al futuro autor en la forja de su manuscrito, hasta el ansiado punto final. "Creo que aún me queda mucho de ese niño que dedicaba poesías a mamá, que escribía cuentos para que los leyeran en los festivales del colegio. Escribiendo me he llegado a sentir muy solo. No escribiendo, más. Este texto es para los que se han sentido como yo. También para los que un día dejaron eso de escribir "para luego" y, cuando quisieron darse cuenta, habían pasado un par de años. Hay algo también para los que no encuentran nunca el archivo sobre el que estaban trabajando y técnicas de defensa personal para los que se han creído eso del miedo cerval al papel en blanco. Los que buscan en el acto de escribir un divertimento, o un vehículo para lucirse, pasar el tiempo o ser el próximo Stephen King o el David Foster Wallace de lo que queda de siglo se podrán encontrar en algunos de sus párrafos. He querido ser práctico y directo, porque las personas que lo han inspirado, así lo necesitaban. Y siempre teniendo en mente que ni todos somos iguales ni queremos serlo". JAIME MIRANDA