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Hay una ciudad luminosa y llena de vida que palpita en sus calles y en sus plazas y se recrea en su historia, en sus tradiciones y en sus monumentos —la catedral transparente, los recios y mágicos muros de San Isidoro, el sinuoso trazado de ... Seguir leyendo
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Hay una ciudad luminosa y llena de vida que palpita en sus calles y en sus plazas y se recrea en su historia, en sus tradiciones y en sus monumentos —la catedral transparente, los recios y mágicos muros de San Isidoro, el sinuoso trazado de sus murallas medievales— que la hace entrañable para sus habitantes e irresistiblemente atractiva para cuantos la visitan. Pero hay otra ciudad oscura, llena de maldad y odio, deshumanizada y terrible, donde desarrollan su trabajo los agentes de policía, y que solo ocasionalmente sale a la luz en la crónica negra de los medios de comunicación. El sargento Honorio de la Policía Local de León, personaje de ficción, conoce y vive en ambas ciudades, y con honestidad nos narra su trágica experiencia durante los últimos treinta años en nuestra ciudad, desde la detención del violador del chándal a la muerte de Isabel Carrasco.