Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Entre los pasajeros que embarcan en Nueva York en el S. S. Pendragon con destino a las Bermudas se encuentra Matthew Kelton, especialista en resolución de enigmas. El Pendragon es un buque de pequeño tonelaje que transporta mercancías diversas y, ... Seguir leyendo
info
Entre los pasajeros que embarcan en Nueva York en el S. S. Pendragon con destino a las Bermudas se encuentra Matthew Kelton, especialista en resolución de enigmas. El Pendragon es un buque de pequeño tonelaje que transporta mercancías diversas y, en caso de necesidad, también algunos pasajeros acomodados en los doce camarotes disponibles. Kelton, en viaje de placer, está deseando disfrutar del crucero de dos días, pero cuando empieza a instalarse, se da cuenta de que alguien ha registrado su equipaje. Tras comprobar que no falta nada, se olvida del asunto, dispuesto a echarse una siesta antes de cenar, pero un mozo se lo impide al comunicarle que el capitán Galvin desea hablar con él de inmediato: han encontrado muerto a un pasajero en el camarote B y no hay duda de que se trata de un crimen. Samuel P. Cleghorn, un acaudalado hombre de negocios, ha recibido un violento golpe en la cabeza y ha muerto prácticamente en el acto. Dado que el hombre seguía vivo cuando el barco largó amarras, está claro que hay que buscar al culpable en el barco. El problema es que Kelton solo dispone de cuarenta y ocho horas para desenmascararlo antes de que la nave llegue a su destino…
Un ágil y brillante clásico de la novela detectivesca que plantea una original variante del misterio de cuarto cerrado.