Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Una bohemía insólita, desatada e imaginativa, formada por músicos de rock, pintores, escritores y poetas se mezcla en los años setenta en una ciudad costera, A Coruña, convertida en un profundo sumidero que, mientras agoniza, parece gemir como u... Seguir leyendo
info
Una bohemía insólita, desatada e imaginativa, formada por músicos de rock, pintores, escritores y poetas se mezcla en los años setenta en una ciudad costera, A Coruña, convertida en un profundo sumidero que, mientras agoniza, parece gemir como un animal herido. En ese estercolero urbano donde sopla el viento, llueve a mares y se advierte la amenaza de la negrura de los océanos, la protagonista de Aquí empieza el mar madura en busca de su propia identidad con una voz narrativa de enorme potencia. Blanca Riestra deslumbra a los lectores con un relato vivo, en el que la poesía, el humor y un paisaje ominoso se alían para crear una epopeya de autodestrucción personal —común a multitud de personas de su misma generación— de la mano de las drogas, la fantasía y el sexo. La ficción, de nuevo, se impone para ofrecer un mundo mucho más atractivo, reconocible y sincero que el que ha tratado de fijar la realidad.