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Ángela Figuera Aymerich, figura esencial de la poesía española en la segunda mitad del siglo XX, nació en Bilbao en octubre de 1902. En su primer poemario, Mujer de barro (1948), la maternidad aparece como fondo; con Soria pura (1949) el paisaje ... Seguir leyendo
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Ángela Figuera Aymerich, figura esencial de la poesía española en la segunda mitad del siglo XX, nació en Bilbao en octubre de 1902. En su primer poemario, Mujer de barro (1948), la maternidad aparece como fondo; con Soria pura (1949) el paisaje cobra entidad lírica y con Vencida por el ángel (1950) el feminismo brota como una de las preocupaciones de su poesía, que con El grito inútil (1952), Los días duros (1953), Belleza cruel (1958) y Toco la tierra (1962) desemboca en la poesía social, testimonial o socialrealista desde un sentimiento de madre y de mujer que dota a su poesía, vigorosa siempre, de una tonalidad compasiva, sin que disminuya la fuerza de la denuncia de injusticias, pobrezas y otras lacras, tópicos a los que Ángela Figuera imprimió un sello personal con la mixtura de ternura y crudeza y con la humanidad que respira su obra. En el prólogo a Belleza cruel, León Felipe abjuró de su dicho anterior de que los poetas del exilio se habían llevado la canción; ahora, reconociendo la valía de los poetas españoles del interior, de Ángela Figuera entre ellos, el poeta exiliado en México concluía que «vuestros son el salmo y la canción». Pero desde 1962, la poeta guardó silencio, solo roto por el nacimiento de sus nietos, que le inspiraron algunos títulos de literatura infantil. Ángela Figuera aparece en las principales antologías de la «poesía de posguerra» ligada a la poesía social, destacándose el sentimiento de mujer, el feminismo y la poetización de la maternidad, un sentimiento que la llevó a escribir poesía para niños, con títulos como Cuentos tontos para niños listos (1979). Falleció Ángela Figuera el 2 de abril de 1984 y dos años después apareció la primera edición de sus Obras completas.