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El oso trabajaba a destajo para tener el bosque limpio y ordenado, pero, al llegar el invierno se levantaba, sonámbulo, y hacía múltiples fechorías. Al despertar, en la primavera, se encontraba todo revuelto; enton... Seguir leyendo
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El oso trabajaba a destajo para tener el bosque limpio y ordenado, pero, al llegar el invierno se levantaba, sonámbulo, y hacía múltiples fechorías. Al despertar, en la primavera, se encontraba todo revuelto; entonces gruñía y buscaba en el bosque a los culpables del estropicio. Hasta que un día, sonámbulo, cayó en la trampa que él mismo había preparado. Será el búho el que ayude al oso a “abrir los ojos” y reflexionar sobre sus acciones. Finalmente, los animales del bosque buscarán una solución para convivir de forma pacífica. Joana Rocha escribe este divertido cuento que nos habla de la importancia de tomar conciencia de nuestros actos, para contribuir con ello al bienestar del grupo; un importante mensaje en clave metafórica, que también ofrece pistas sobre la importancia de aprender a resolver conflictos, con ingenio y empatía. Zé Carlos Pinto crea ilustraciones coloristas, graciosas y expresivas. Los personajes animales, con pequeñas concesiones visuales a la humanización, resultan muy sugerentes y estimulan la imaginación de los lectores.