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Duró el ímpetu grande de la batalla cerca de cuatro horas y fue tan sangrienta y horrenda que parecía que la mar y el fuego fuese todo uno, viendo dentro de la misma agua arderse muchas galeras turquescas y dentro de la mar, que toda estaba roja d... Seguir leyendo
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Duró el ímpetu grande de la batalla cerca de cuatro horas y fue tan sangrienta y horrenda que parecía que la mar y el fuego fuese todo uno, viendo dentro de la misma agua arderse muchas galeras turquescas y dentro de la mar, que toda estaba roja de sangre, no había otra cosa que aljabas, turbantes, carcajes, flechas, arcos, rodelas, remos, cajas, valijas y otros muchos despojos de guerra, y sobre todo muchos cuerpos humanos, así cristianos como turcos. Así describía un anónimo soldado español las aguas del golfo de Lepanto en el mediodía del 7 de octubre de 1571, cuando la armada otomana chocó con la flota reunida por la Liga Santa −la Monarquía Hispánica, el Papado y Venecia−, en una de las mayores batallas navales de toda la Historia: «la más alta ocasión que vieron los siglos», tal y como la apellidó otro soldado. En la balanza, el dominio sobre el Mediterráneo, fieramente ambicionado por una Sublime Puerta que deseaba resarcirse del revés de Malta, que acababa de arrebatar Chipre a Venecia y que no cejaba en su acoso sobre las costas italianas y españolas con el corso berberisco. Un dominio contestado sin tregua por la Monarquía Hispánica, en un enfrentamiento que, amén de geoestratégico, era confesional, entre islam y cristiandad, y entre los respectivos paladines de la fe verdadera, el islam suní de Selim II y el catolicismo de Felipe II. Este libro aborda la jornada de Lepanto conjugando el trabajo de expertos de los distintos países que participaron en la liza –españoles, italianos y turcos–, a fin de ofrecer una perspectiva completa pero plural, que analiza la situación internacional y los prolegómenos que condujeron al choque, pero que también se detiene con detalle en los aspectos tácticos del combate de galeras en el Mediterráneo y en el desarrollo y pormenores de una batalla de cuyo desenlace, hace ahora cuatrocientos cincuenta años, pendió el destino de Europa.