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Cuando en la antigua Grecia un esclavo sufrí a una dolencia, el médico le aplicaba un remedio que aplacara la molestia para que volviera de inmediato a sus labores. En cambio, cuando era un hombre libre el que recurría a sus servicios, el médico ... Seguir leyendo
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Cuando en la antigua Grecia un esclavo sufrí a una dolencia, el médico le aplicaba un remedio que aplacara la molestia para que volviera de inmediato a sus labores. En cambio, cuando era un hombre libre el que recurría a sus servicios, el médico acostumbraba a «retirarlo del mundo»; lo enviaba a un lugar silencioso y tranquilo para que pudiera escuchar su cuerpo, observar sus procesos internos y entender así qué quería decirle ese síntoma o malestar. Desde entonces, la medicina ha experimentado un enorme progreso tecnológico, pero ¿no es la salud lo mismo para nosotros que para los hombres de la antigua Grecia? Y es que, cuando hablamos de salud en el siglo XXI, no nos referimos tan solo a la ausencia de enfermedad, ni tampoco a ese estado de no-síntoma alcanzado a través de la medicación, estamos hablando de un propósito, de la conquista de un estado interno de bienestar que todos debemos asumir, y que podemos alcanzar, a partir del autoconocimiento de nosotros mismos y del recuerdo de nuestra naturaleza holística como seres humanos. Para acompañarnos a asumir este reto, La salud, tu mejor talento nos propone la mejor forma de alcanzar un estado superior de bienestar: conocer y respetar los ritmos biológicos del cuerpo, explotar el potencial sanador de una alimentación consciente y de noches con sueñ o de calidad, aprender a relajarnos y obtener un beneficio óptimo del ejercicio físico. De esta forma, la autora nos propone reconectarnos con nuestra verdadera naturaleza para convertirnos en gestores y promotores de nuestra SALUD.