Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Tengamos pensamientos felices, tristes, terrorífi cos, alegres o de preocupación, estos siempre llegan en un flujo constante. Pero resulta que son meros pensamientos y ninguno de ellos nos define. ¡La magia de tu mente es que se trata de un espaci... Seguir leyendo
info
Tengamos pensamientos felices, tristes, terrorífi cos, alegres o de preocupación, estos siempre llegan en un flujo constante. Pero resulta que son meros pensamientos y ninguno de ellos nos define. ¡La magia de tu mente es que se trata de un espacio donde todo es posible! La verdad es que tú eres más fuerte que tus pensamientos: eres el único que los oye y los ve y, por eso mismo, puedes decidir qué hacer con ellos. Algunas veces necesitas escucharlos, de la misma manera que escuchas a alguien que te dice que no debes besar un cocodrilo. ¡Por favor, haz caso a este tipo de pensamientos! Empero, la mayor parte del tiempo conviene decirse: «Gracias de todos modos, pensamiento. Ya lo sabía».