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Violeta registra en su diario una pequeña colección de desayunos:volátil, frío, a toda velocidad, carmesí, tropical o musical. ¿Desayunamos?Hay tantos desayunos como días del año. Cada desayuno tiene un gusto especial y le corresponde un dete... Seguir leyendo
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Violeta registra en su diario una pequeña colección de desayunos:volátil, frío, a toda velocidad, carmesí, tropical o musical. ¿Desayunamos?Hay tantos desayunos como días del año. Cada desayuno tiene un gusto especial y le corresponde un determinado estado de ánimo. Alicia Bululú ha creado un inventario de desayunos en forma de poemas que ahora presenta con la esperanza de que puedan romper la monotonía matutina de sus lectores y de sus lectoras y de que sean acicate para que en adelante estos lectores y estas lectoras los vivan con mayor conciencia y disfrute en su paladar. Porque no es lo mismo beber un vaso de leche bajo un almendro en flor que beber ese vaso de leche a toda velocidad ya que, si no, perderás el autobús.La protagonista de este libro es una niña, Violeta, y mientras leemos en voz alta los poemas que, con rimas musicales e imágenes sobrecogedoras describen sus despertares, en las ilustraciones vemos cómo es la familia de esta niña, qué personajes entran y salen de su vida, qué es lo que la preocupa y qué lo que la hace feliz. Las fascinantes ilustraciones de Raquel Catalina le otorgan al libro una secuencia narrativa y animan cada mañana y cada personaje con una vitalidad inagotable.