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La empatía, capacidad para reconocer y para comprender lo que siente el otro, no parece estar reservada a los adultos humanos. La encontramos en los animales, quizá incluso en las plantas, y también en los bebés. Entonces, ¿cómo desarrollar est... Seguir leyendo
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La empatía, capacidad para reconocer y para comprender lo que siente el otro, no parece estar reservada a los adultos humanos. La encontramos en los animales, quizá incluso en las plantas, y también en los bebés. Entonces, ¿cómo desarrollar esta capacidad innata en nuestros hijos? ¿Y a partir de qué edad? Tomando como referencia numerosos estudios científicos, Claude-Suzanne Didierjean-Jouveau expone aquí las mejores costumbres que debemos instaurar ya desde la más temprana edad para permitirles a nuestros hijos convertirse en adultos compasivos. La lactancia, el apego en el cuidado materno, el porteo, el colecho y los masajes son algunas de las prácticas que podemos usar con nuestros hijos. Sin olvidar, por supuesto, el dar nosotros también muestras de empatía respondiendo a su necesidad de contacto, de mimos o de ser acunados, y aprendiendo a reconocer sus emociones para ayudarles más tarde a que las identifiquen ellos mismos.