Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
¿Te resultan familiares frases como «No puedo con mi alma», «No sé qué comer» o «Todo me sienta mal»? ¿Te da una pereza horrible la cocina? O ¿te sorprendes diciendo: «Me duermo delante del ordenador» o «Me arrastro por la mañana, me d... Seguir leyendo
info
¿Te resultan familiares frases como «No puedo con mi alma», «No sé qué comer» o «Todo me sienta mal»? ¿Te da una pereza horrible la cocina? O ¿te sorprendes diciendo: «Me duermo delante del ordenador» o «Me arrastro por la mañana, me dan subidones de hiperactividad por la tarde y por la noche no puedo dormir»? ¿Cómo se arregla esto? Desde luego no es cuestión de un día; son precisos algunos ingredientes básicos como la atención y la fuerza de voluntad, pero cuando se pone en marcha la intención, la diferencia es tan abismal que merece la pena. Este libro no habla de dietas, sino de cómo desarrollar la capacidad que todos tenemos de llevar cambios a la práctica, cambios que nos ayuden a rendir al máximo de nuestras posibilidades y vivir nuestro potencial como personas. En estas páginas descubrirás que es posible disfrutar comiendo con simpleza y sentido energético y que, al hacerlo, puedes experimentar un gran cambio en todas las facetas de tu vida.