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Hoy ya nadie habla de brujas. Al menos de aquellas brujas cercanas al demonio, capaces de traer la desgracia a los hogares menos precavidos. Esas hablillas se quedaron en viejos filandones, narradas al calor de la lumbre. Sin embargo, en muchos lugar... Seguir leyendo
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Hoy ya nadie habla de brujas. Al menos de aquellas brujas cercanas al demonio, capaces de traer la desgracia a los hogares menos precavidos. Esas hablillas se quedaron en viejos filandones, narradas al calor de la lumbre. Sin embargo, en muchos lugares del mundo, apartados y olvidados en todos los sentidos, aún subyace una cultura de temor hacia el mundo sobrenatural que rodeaba a estos personajes. En estos ambientes, se tenía por cierto que existían las saludadoras, las ensalmadoras, las adivinadoras, las laberas..., pero sobre todo la bruja, hacedora de aojamientos, de maldiciones, portadora de pestes que azotaban a la aldea... Una verdadera blasfemia a Dios. No se sorprenda entonces si, en fechas relativamente cercanas a las nuestras, todavía se hablaba allá y acá de asuntos de brujería y de relaciones con el maligno mantenidas por ciertos vecinos del lugar. La historia apasionante que contiene este libro es un claro ejemplo de lo dicho. Historia basada en hechos verídicos, se lo aseguramos, que no dejará impasible a ningún lector que se atreva a recorrer sus páginas. Por ello, juramos y perjuramos que l