Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Tristán obsequia a su amigo Marcel con un trozo de tela sobrante de unas cortinas. Marcel habría preferido una peonza, pero acaba agradeciendo ese regalo porque se da cuenta de la cantidad de utilidades que puede tener un simple paño: para limpiar... Seguir leyendo
info
Tristán obsequia a su amigo Marcel con un trozo de tela sobrante de unas cortinas. Marcel habría preferido una peonza, pero acaba agradeciendo ese regalo porque se da cuenta de la cantidad de utilidades que puede tener un simple paño: para limpiarse, protegerse del sol, cruzar un río, abrigarse, huir de los peligos... Debajo del lazo y del papel de charol, un obsequio puede ser una decepción para quien esperaba otro tipo de presente. Marcel apreciará la humildad del detalle porque los protagonistas de esta historia pertenecen a un mundo donde se valoran los objetos más insignificantes: chapas, corchos, cuerdas o incluso una piedra pueden convertirse en un juguete maravilloso, en una fascinante caja de sorpresas.