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El azar juega un papel muy importante en nuestras vidas. Para bien y para mal. Paul Auster aseguraba en "La trilogía de Nueva York" que nada es real excepto el azar. Y Dashiell Hammett, en "El halcón maltés", iba mucho más lejos: el azar es el qu... Seguir leyendo
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El azar juega un papel muy importante en nuestras vidas. Para bien y para mal. Paul Auster aseguraba en "La trilogía de Nueva York" que nada es real excepto el azar. Y Dashiell Hammett, en "El halcón maltés", iba mucho más lejos: el azar es el que decide sobre nosotros. ¿Exageración? ¿Literatura? Posiblemente. Lo que está claro, sin embargo, es que el azar proporciona excelentes historias. Como las que narra Francisco Antonio Carrasco en su nuevo libro, "Los ídolos de bronce", catorce relatos que escapan a las normas de la lógica, en los que el azar juega a su antojo, recreándose en su papel, a veces con una precisión y un deleite desmedidos. Catorce historias explosivas, porque el azar, como dice uno de los personajes, «es como una tormenta. Aparece de pronto y te trastorna la vida». Catorce historias, sin embargo, reales como la vida misma, en las que el amor y la muerte tienen un protagonismo especial, escritas en un estilo ágil, preciso y envolvente que te atrapa desde el primer instante. "Unos cuentos que demuestran cómo solo la maestría narrativa es capaz de descifrar las secretas casualidades de ese desorden enigmático que llamamos realidad". José María Merino Uno de los nombres ya imprescindibles de la narrativa andaluza. Antonio Moreno Ayora. Cuadernos del Sur. Escritor de prosa afilada, limpia, eficaz. Sus piezas son certeras, sujetas a la exigente relojería del ritmo, el secreto interior que debe latir dentro de cada cuento y alternan el desenlace del quiebro sorpresivo con los finales sugeridos y los finales abiertos. Guillermo Busutil. La Opinión de Málaga. Carrasco gradúa muy bien las acciones, el tiempo y resuelve con ingenio gracianesco. Rompe esquemas y consigue resultados de extrañamiento que otorgan gran calidad a todos los textos. Antonio Garrido. SUR. Dueño de un estilo directo y sintético, con buen oído para recoger el habla coloquial. Manuel Moyano. Ababol (La verdad de Murcia) Sus cuentos recrean una visión surrealista de una cruda realidad con excelentes dosis de humor y, aún más, un magnífico sentido de la ironía que puede desembocar en una carcajada. Pedro M. Domene. La Tormenta en un vaso. Historias que observan la realidad desde una actitud crítica y son conducidas con una gran perspicacia y habilidad narrativa que tanto conectan con el absurdo como con la incomprensión de un mundo que hemos conducido a esos límites, pero siempre espontáneas y resueltas con pericia e ingenio. Francisco Morales Lomas. Papel Literario.