Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
El elefante está triste. Se ha quedado en la sombra, y no habla ni se relaciona con nadie. Los demás animales intentan animarlo: el mono, que sabe contar chistes; las hermanas avestruz, que son excelentes bailarinas, e incluso el cocodrilo. Pero el... Seguir leyendo
info
El elefante está triste. Se ha quedado en la sombra, y no habla ni se relaciona con nadie. Los demás animales intentan animarlo: el mono, que sabe contar chistes; las hermanas avestruz, que son excelentes bailarinas, e incluso el cocodrilo. Pero el elefante no sonríe, ni se mueve, solo suspira y permanece en la sombra. Entonces, un pequeño ratón se acerca casi sin aliento y se sienta junto al elefante. Solo quiere descansar. Así que los dos se quedan en silencio. Más tarde, el ratón le cuenta su historia, lloran y, finalmente, más aliviados, marchan en busca de la casa del ratón. Las hipnotizantes imágenes en tonos saturados y brillantes, creadas por Valerio Vidale, intensifican el contraste entre la alegría y la tristeza, al mismo tiempo que el degradado de azules da profundidad a una historia narrada con sutileza y encanto.